Gales llega a este choque con una buena cantidad de confianza, no solo por su posición más alta en el ranking mundial, sino también por la forma en que se enfrentaron a Kazajstán a principios de este año, ganando 3-1 en Cardiff. Ese partido estuvo lejos de ser perfecto para ellos, ya que regalaron un penalti, pero al final la diferencia de calidad se mostró con los goles de James, Davies y Matondo. Fue un recordatorio de que incluso cuando no juegan a su mejor nivel, aún pueden encontrar formas de terminar los juegos.
Kazajstán, por otro lado, ha encontrado la vida difícil en las últimas salidas. En sus últimos cinco partidos, han sufrido cuatro derrotas y solo han obtenido un empate, y esa mala racha los ha dejado luchando cerca del fondo de su grupo de clasificación. A menudo comienzan con energía, pero les resulta difícil mantener el nivel durante noventa minutos, y su defensa tiende a estirarse al final. Su récord en casa es un poco más fuerte, pero no ha sido suficiente para hacerlos consistentes.
La reciente racha de Gales se ve mucho mejor en comparación. Han sumado tres victorias en sus últimos cinco, y su único revés fue una derrota por la mínima contra Bélgica. Han mostrado más estabilidad bajo Bellamy y parecen un equipo con claras opciones de ataque y una línea de fondo que puede absorber la presión cuando sea necesario.
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